NO SOY DE AQUÍ, NO SOY DE ALLA (Entrevista de María José Viera Gallo)
NO SOY DE AQUÍ, NO SOY DE ALLA
Hace dos años Nutria sacó un disco folk rock, tallado a punta de emoción: Roquerío, un puñado de canciones con lo mejor del sonido sureño pero hecho en USA, que pasó casi desapercibido debido al fulminante hype del debut de Gepe. Uno que logró eso sí, un célebre fan: Nicanor Parra. Ahora este sanmiguelino transplantado acaba de editar un segundo disco homónimo, que presenta esta otra semana en Santiago. Todo eso, en esta entrevista.
Por María José Viera Gallo
DE SAN MIGUEL
Varios músicos chilenos pueden empezar sus biografías con la misma frase: “esta es la historia de un chico de San Miguel”, pero no todas tienen un final en Brooklyn. Christian Torres (35), alias Nutria N.N,llegó a Nueva York en el 2001 con visa de turista y una guitarra profesional al hombro. Entre las muchas cosas que dejaba atrás estaba su título en Filosofía, y Maestro,una banda de rock experimental integrada por su hermano Claudio y Joe Villablanca, que se ganó un status de culto en la escena underground de los 90’s.
Instalado en Brooklyn, Torres dejó el noise crudo de esa época y afirmó su pluma para escribir uno de los discos chilenos (made in USA) más elevados y desconocidos del 2005, Roquerío, un álbum que pasó casi desapercibido debido al fulminante hype del Gepinto (05).
Grabado en un estudio casero y producido por Andrés Valdivia, el álbum recreó paisajes del sur chileno en la mitad de Manhattan. Inviernos costeros, calcetines mojados, madera quemada, infancia recobrada, días de encierro y silencio, eran algunas de las sensaciones que dejaba un disco folk/rock tallado a punta de emoción.
Hoy, acompañado en el teclado por Pedro Pulido y en el sitar y guitarra por Bart Higgins, Nutria N.N. edita su segundo álbum homónimo, el mismo que viene a presentar a Chile el viernes 7 de diciembre, en un recital gratuito a las 21:00 hrs en Matucana 100.
Eso mientras el New York Timesdestacó “No soy de aquí ni soy de allá”, su cover de Facundo Cabral incluido en un videoarte de Iván Navarro, no así en su nuevo disco.
Tengo la impresión de que Roquerío era un disco con el corazón puesto en Chile, y éste, en Nueva York. Se transmite cierto desencanto en lo que llamas “la selva rápida”, “la máquina central”, o la “fría Babel”.
“Es en el estado mental en que ahora vivo. Ya pasó el periodo de lo novedoso y creo que ahora tengo una perspectiva mas fría y mental respecto a la cuidad. Menos entusiasta de algún modo. Más crítica y realista tal vez. Roquerío tiene algunos rasgos de timidez que ahora desaparecieron, era menos lúdico y experimental que el de ahora, y estaba marcado por la nostalgia. En Nutria N.N. conscientemente traté de escribir canciones desde la mente de un "otro" anónimo. Esta relacionado con mis incipientes lecturas de lo que los ingleses llaman "Theory of mind".
“EL GLAMOUR DE N.Y SE SUSTENTA CON EL TRABAJO DE GENTE QUE SIRVE A LOS QUE ESTÁN EN LA CIMA”
La muerte envuelve este nuevo disco de Torres, desde el título N.N. ("No name", en inglés, "nomen nominandum" en latín), alusión a los cadáveres no identificados; un bombardeo mortífero en la Nueva York del 11 de septiembre en la canción “Y Si Bombardean”, o la culpa amorosa en la desgarradora “El Mendigo”.
La sigla del disco, N.N. ¿guarda una idea precisa detrás?
“Tiene que ver con esa idea de hablar por aquellos que no hablan, que no aparecen o que no figuran. Todo parte del escenario neoyorquino donde la musa no es la muchacha millonaria de la 5ª Avenida sino que el homeless, el inmigrante clandestino, el artista sin fama y sin dinero, cualquier anónimo que vive en los barrios marginales. Es toda gente que llega a NYC en búsqueda de un sueño de libertad y luego se da cuenta que, como dice Parra, "la libertad es una estatua".
En lugar de mitificar la ciudad como muchos rockeros, haces un retrato bastante triste y crudo de ella.
“Tiene que ver con ver más allá de su superficie glamorosa. Ese glamour existe, pero se sustenta con el trabajo de gente que sirve a los que están en la cima. Así es como funciona el sistema. Cuando vives en la parte linda de la ciudad es lo mejor, pero cuando vives en los "ghettos" o en los barrios sórdidos no es “tan lindo”. Ocurre lo mismo en todos lados, pero Nueva York es un caso más extremo y paradojal. No soy el primero en ver la cara dura de Nueva York, ya otros han visto con más acierto la "belleza horrible" de esta ciudad; yo sólo me nutro de esa tradición.”
¿Dónde quedas parado tú en esta pirámide de la cual hablas?
“Acá he perdido mi identidad de chileno y me he vuelto simplemente Hispano. Da lo mismo si vengo de un país con riqueza cultural o no, si soy educado o no. Entro inmediatamente en la categoría de inmigrante latino que viene a probar suerte y a trabajar haciendo trabajos raros. He sido carpintero, babysitter, profesor particular de guitarra, paseador de perro y ayudante de gásfiter.”
También es una ciudad donde pasan cosas inverosímiles todo el tiempo. ¿Alguna anécdota que recuerdes?
“Un día a una niña se le cae el celular a la línea del metro y me pide casi llorando que salte a recogérselo... como si yo fuera el Hombre Araña. Vi que no venía el metro y salté y se lo recogí. Otro día llego a mi casa en bici y alguien me pregunta si es que yo le traía el sushi que había pedido. Respondí con mi cabeza que no”.
¿Qué experiencias has tenido con otras bandas locales?
“El año pasado compartimos un show con las chicas de Brooklyn, Au Revoir Simone. Fueron muy simpáticas con nosotros, para nada quebradas. Otro encuentro interesante fue trabajar por algunas horas con John Sicket, productor del Washing Machine (95) de Sonic Youth. En un momento hubo que re-sincronizar las cintas y el tipo demostró ser un artesano con las tijeras y el scotch.
Últimamente remastericé mi versión de "No soy de aquí ni soy de allá" con Mario McNulty en el estudio de Tony Visconti, el mismo donde Bowie grabó su ultimo disco. El lugar era rico pero para nada glamoroso. Mario me dijo que lo mejor del estudio era que tenía una ventana a la calle, supongo que para que los vampiros se fueran a acostar antes que saliera el sol”.
CHILE NO ES UN PAÍS, ES APENAS UN PAISAJE
¿Qué tiene de parecido San Miguel y Brooklyn?
“Ambos son sectores populares de la ciudad. Hay una identidad local muy fuerte y hay un orgullo de ser de ese lugar. La marginalidad tanto de San Miguel como de Brooklyn, puede ser muy positiva creativamente hablando”.
¿Quién es tu familia musical en Chile?
“Mi primera banda, Maestro. Éramos parte de un grupo de músicos, artistas visuales y escritores que empezaron a producir cosas alrededor del 94. Mi mundo quedó hecho de los recuerdos y conversaciones de esa época. Algunos de mis interlocutores musicales de entonces eran Heyne, Pánico y Tobías Alcayota".
¿Qué heredaste en términos de actitud o sensibilidad de tu paso por Maestro en los 90s?
“Heredé el deseo de hacer cosas que parecen nuevas para mí y que no buscan asimilarse a las tendencias de moda. También aprendí a interesarme por estudiar el trabajo de otros artistas. Y un interés por la Historia en general".
Hablando de tendencias, hay toda una nueva ola de cantautores en Latinoamérica -Juana Molina, Gepe, por nombrar algunos- que hacen un rock intimista. ¿A qué obedece esto según tú?
“Creo que los individuos hacen los movimientos, pero también es cierto que muchos artistas y tendencias musicales se arman en las salas de edición de las revistas. Empieza en Londres o NYC y luego el gesto se replica en Sudamérica en versión criolla. La Historia parece moverse en un péndulo y tal vez éste –ayudado por la prensa- ahora se encuentra del lado de lo que tú mencionas”.
¿Nutria N.N. podría citar a Public Enemy y cantar “don't believe the hype”?
“Creo que algunas veces el hype está en lo correcto. ¿Quién puede desmentirlo en el caso de los Beatles o Dylan, por ejemplo? Pero hay muchos músicos legendarios que pasaron desapercibidos, o fueron ninguneados en su momento por quienes estaban al tanto de la última chupada del mate. ¿Me explico? Ahí tienes a Violeta Parra, ella nunca fue considerada "cool" o "chori" por las revistas y medios de su época, ni hubo una campaña publicitaria detrás de su carrera”.
Cuéntame la historia de que a Nicanor Parra le gustó tu primer disco Roquerio y que lo escuchaba en Las Cruces…
“No creo que haya muchas otras personas a nivel mundial cuya opinión me interese más. Roquerío es un disco debut y a pesar de su timidez y aparente liviandad, siempre sentí que ocultaba mucha sustancia debajo de su cáscara. Cuando me enteré de que a Nicanor Parra le gustaba el disco fue como un reconocimiento a lo más profundo de mi trabajo. Antes me interesaba saber las razones que tenía cierta gente para descalificar Roquerío o para encontrarlo insignificante. Después de saber lo de Parra las críticas negativas me dieron lo mismo. Pensé: "todo valió la pena y puedo retirarme en paz".
Hace dos años Nutria sacó un disco folk rock, tallado a punta de emoción: Roquerío, un puñado de canciones con lo mejor del sonido sureño pero hecho en USA, que pasó casi desapercibido debido al fulminante hype del debut de Gepe. Uno que logró eso sí, un célebre fan: Nicanor Parra. Ahora este sanmiguelino transplantado acaba de editar un segundo disco homónimo, que presenta esta otra semana en Santiago. Todo eso, en esta entrevista.
Por María José Viera Gallo
DE SAN MIGUEL
Varios músicos chilenos pueden empezar sus biografías con la misma frase: “esta es la historia de un chico de San Miguel”, pero no todas tienen un final en Brooklyn. Christian Torres (35), alias Nutria N.N,llegó a Nueva York en el 2001 con visa de turista y una guitarra profesional al hombro. Entre las muchas cosas que dejaba atrás estaba su título en Filosofía, y Maestro,una banda de rock experimental integrada por su hermano Claudio y Joe Villablanca, que se ganó un status de culto en la escena underground de los 90’s.
Instalado en Brooklyn, Torres dejó el noise crudo de esa época y afirmó su pluma para escribir uno de los discos chilenos (made in USA) más elevados y desconocidos del 2005, Roquerío, un álbum que pasó casi desapercibido debido al fulminante hype del Gepinto (05).
Grabado en un estudio casero y producido por Andrés Valdivia, el álbum recreó paisajes del sur chileno en la mitad de Manhattan. Inviernos costeros, calcetines mojados, madera quemada, infancia recobrada, días de encierro y silencio, eran algunas de las sensaciones que dejaba un disco folk/rock tallado a punta de emoción.
Hoy, acompañado en el teclado por Pedro Pulido y en el sitar y guitarra por Bart Higgins, Nutria N.N. edita su segundo álbum homónimo, el mismo que viene a presentar a Chile el viernes 7 de diciembre, en un recital gratuito a las 21:00 hrs en Matucana 100.
Eso mientras el New York Timesdestacó “No soy de aquí ni soy de allá”, su cover de Facundo Cabral incluido en un videoarte de Iván Navarro, no así en su nuevo disco.
Tengo la impresión de que Roquerío era un disco con el corazón puesto en Chile, y éste, en Nueva York. Se transmite cierto desencanto en lo que llamas “la selva rápida”, “la máquina central”, o la “fría Babel”.
“Es en el estado mental en que ahora vivo. Ya pasó el periodo de lo novedoso y creo que ahora tengo una perspectiva mas fría y mental respecto a la cuidad. Menos entusiasta de algún modo. Más crítica y realista tal vez. Roquerío tiene algunos rasgos de timidez que ahora desaparecieron, era menos lúdico y experimental que el de ahora, y estaba marcado por la nostalgia. En Nutria N.N. conscientemente traté de escribir canciones desde la mente de un "otro" anónimo. Esta relacionado con mis incipientes lecturas de lo que los ingleses llaman "Theory of mind".
“EL GLAMOUR DE N.Y SE SUSTENTA CON EL TRABAJO DE GENTE QUE SIRVE A LOS QUE ESTÁN EN LA CIMA”
La muerte envuelve este nuevo disco de Torres, desde el título N.N. ("No name", en inglés, "nomen nominandum" en latín), alusión a los cadáveres no identificados; un bombardeo mortífero en la Nueva York del 11 de septiembre en la canción “Y Si Bombardean”, o la culpa amorosa en la desgarradora “El Mendigo”.
La sigla del disco, N.N. ¿guarda una idea precisa detrás?
“Tiene que ver con esa idea de hablar por aquellos que no hablan, que no aparecen o que no figuran. Todo parte del escenario neoyorquino donde la musa no es la muchacha millonaria de la 5ª Avenida sino que el homeless, el inmigrante clandestino, el artista sin fama y sin dinero, cualquier anónimo que vive en los barrios marginales. Es toda gente que llega a NYC en búsqueda de un sueño de libertad y luego se da cuenta que, como dice Parra, "la libertad es una estatua".
En lugar de mitificar la ciudad como muchos rockeros, haces un retrato bastante triste y crudo de ella.
“Tiene que ver con ver más allá de su superficie glamorosa. Ese glamour existe, pero se sustenta con el trabajo de gente que sirve a los que están en la cima. Así es como funciona el sistema. Cuando vives en la parte linda de la ciudad es lo mejor, pero cuando vives en los "ghettos" o en los barrios sórdidos no es “tan lindo”. Ocurre lo mismo en todos lados, pero Nueva York es un caso más extremo y paradojal. No soy el primero en ver la cara dura de Nueva York, ya otros han visto con más acierto la "belleza horrible" de esta ciudad; yo sólo me nutro de esa tradición.”
¿Dónde quedas parado tú en esta pirámide de la cual hablas?
“Acá he perdido mi identidad de chileno y me he vuelto simplemente Hispano. Da lo mismo si vengo de un país con riqueza cultural o no, si soy educado o no. Entro inmediatamente en la categoría de inmigrante latino que viene a probar suerte y a trabajar haciendo trabajos raros. He sido carpintero, babysitter, profesor particular de guitarra, paseador de perro y ayudante de gásfiter.”
También es una ciudad donde pasan cosas inverosímiles todo el tiempo. ¿Alguna anécdota que recuerdes?
“Un día a una niña se le cae el celular a la línea del metro y me pide casi llorando que salte a recogérselo... como si yo fuera el Hombre Araña. Vi que no venía el metro y salté y se lo recogí. Otro día llego a mi casa en bici y alguien me pregunta si es que yo le traía el sushi que había pedido. Respondí con mi cabeza que no”.
¿Qué experiencias has tenido con otras bandas locales?
“El año pasado compartimos un show con las chicas de Brooklyn, Au Revoir Simone. Fueron muy simpáticas con nosotros, para nada quebradas. Otro encuentro interesante fue trabajar por algunas horas con John Sicket, productor del Washing Machine (95) de Sonic Youth. En un momento hubo que re-sincronizar las cintas y el tipo demostró ser un artesano con las tijeras y el scotch.
Últimamente remastericé mi versión de "No soy de aquí ni soy de allá" con Mario McNulty en el estudio de Tony Visconti, el mismo donde Bowie grabó su ultimo disco. El lugar era rico pero para nada glamoroso. Mario me dijo que lo mejor del estudio era que tenía una ventana a la calle, supongo que para que los vampiros se fueran a acostar antes que saliera el sol”.
CHILE NO ES UN PAÍS, ES APENAS UN PAISAJE
¿Qué tiene de parecido San Miguel y Brooklyn?
“Ambos son sectores populares de la ciudad. Hay una identidad local muy fuerte y hay un orgullo de ser de ese lugar. La marginalidad tanto de San Miguel como de Brooklyn, puede ser muy positiva creativamente hablando”.
¿Quién es tu familia musical en Chile?
“Mi primera banda, Maestro. Éramos parte de un grupo de músicos, artistas visuales y escritores que empezaron a producir cosas alrededor del 94. Mi mundo quedó hecho de los recuerdos y conversaciones de esa época. Algunos de mis interlocutores musicales de entonces eran Heyne, Pánico y Tobías Alcayota".
¿Qué heredaste en términos de actitud o sensibilidad de tu paso por Maestro en los 90s?
“Heredé el deseo de hacer cosas que parecen nuevas para mí y que no buscan asimilarse a las tendencias de moda. También aprendí a interesarme por estudiar el trabajo de otros artistas. Y un interés por la Historia en general".
Hablando de tendencias, hay toda una nueva ola de cantautores en Latinoamérica -Juana Molina, Gepe, por nombrar algunos- que hacen un rock intimista. ¿A qué obedece esto según tú?
“Creo que los individuos hacen los movimientos, pero también es cierto que muchos artistas y tendencias musicales se arman en las salas de edición de las revistas. Empieza en Londres o NYC y luego el gesto se replica en Sudamérica en versión criolla. La Historia parece moverse en un péndulo y tal vez éste –ayudado por la prensa- ahora se encuentra del lado de lo que tú mencionas”.
¿Nutria N.N. podría citar a Public Enemy y cantar “don't believe the hype”?
“Creo que algunas veces el hype está en lo correcto. ¿Quién puede desmentirlo en el caso de los Beatles o Dylan, por ejemplo? Pero hay muchos músicos legendarios que pasaron desapercibidos, o fueron ninguneados en su momento por quienes estaban al tanto de la última chupada del mate. ¿Me explico? Ahí tienes a Violeta Parra, ella nunca fue considerada "cool" o "chori" por las revistas y medios de su época, ni hubo una campaña publicitaria detrás de su carrera”.
Cuéntame la historia de que a Nicanor Parra le gustó tu primer disco Roquerio y que lo escuchaba en Las Cruces…
“No creo que haya muchas otras personas a nivel mundial cuya opinión me interese más. Roquerío es un disco debut y a pesar de su timidez y aparente liviandad, siempre sentí que ocultaba mucha sustancia debajo de su cáscara. Cuando me enteré de que a Nicanor Parra le gustaba el disco fue como un reconocimiento a lo más profundo de mi trabajo. Antes me interesaba saber las razones que tenía cierta gente para descalificar Roquerío o para encontrarlo insignificante. Después de saber lo de Parra las críticas negativas me dieron lo mismo. Pensé: "todo valió la pena y puedo retirarme en paz".