o Nutria NN: octubre 2007l

martes, octubre 02, 2007

Chilean man in New York (Vieja entrevista en Mus.cl, por Luis Felipe Saavedra)















Chilean man in New York

Christian Torres se fue de Chile el año 2001 a la llamada “capital del mundo”, Nueva York, buscando experiencias cosmopolitas. Allí, entre inviernos fríos, amigos chilenos y amenazas terroristas, despachó Roquerío, uno de los discos más sentidos del último tiempo. Esa colección de canciones folk pop, hecha en los Estados Unidos pero mirando a Chile, le valió el reconocimiento de la crítica y de quienes tuvieron la oportunidad de escucharlo en sus breves visitas a nuestro país. Hoy, rebautizado como Nutria N.N. y a un mes de ofrecer dos conciertos en Santiago y Valparaíso, habla de sus próximos trabajos, de Federico García Lorca, de su colaboración en videos de artistas y de qué significa ser un chileno en la gran manzana.


Dentro de la nueva generación de cantautores chilenos –entre los que destacan Gepe, Leo Quinteros y Manuel García- hay uno que no ha hecho su carrera en Chile, pero que suena igualmente “chileno”. Se trata de Christian Torres (n. 1972), alias Nutria, iniciado en la música como miembro de trío experimental Maestro y devenido en cantautor simple y profundo a la vez, con letras románticas y evocadoras e influencias que van desde Leonard Cohen hasta Víctor Jara, pasando por Yo la Tengo o Facundo Cabral

Luego de su partida a Nueva York en 2001, este Licenciado en Filosofía decidió adoptar su viejo apodo de Nutria para iniciar su carrera solista. Entre el duro invierno de la gran manzana y en los ratos libres que le dejaba su ocupación de profesor privado de español y profesor parvulario, produjo, grabó y mezcló junto a su amigo Andrés Valdivia (compositor de la música para el film Se arrienda y hoy locutor de radio) su disco debut Roquerío (2005, Huesorecords).

En Roquerío Nutria tocó guitarras, teclados, percusiones, batería, bajo y armónica y recibió la colaboración de Francisca Benítez en las voces. Ella, más un número siempre cambiante de colaboradores, hoy forman Nutria N.N. (en la foto principal), banda que llega a Chile a fines de marzo próximo para dar dos presentaciones en Santiago y la quinta región. Vienen con la experiencia de haber tocado tanto en galerías de arte como locales nocturnos de la siempre competitiva y cosmopolita Nueva York. Algo que muy pocos nacionales pueden contar.

-¿Cómo y dónde desarrolla su carrera un chileno en Nueva York?
-En mi caso, en conciertos esporádicos y en diferentes lugares de la ciudad. Puede ser en un bar o en una galería de arte. Con chispazos por aquí y por allá. Acarreando instrumentos o colaborando con otros artistas en diferentes medios. Participando en exposiciones de arte también. No soy gran fanático de tocar en locales nocturnos. Acá en Nueva York los locales imponen muchas exigencias y requisitos a los músicos y existe la idea generalizada de que el músico debería estar agradecido de tener un espacio en un local del East Village, por ejemplo. Esta bien pasar por eso a veces, pero no muy seguido. Definitivamente me gusta más tocar en ambientes relacionados con el arte, me gusta la audiencia de las galerías de arte porque están más abiertas a prestar atención al cantante, y además casi siempre se interesan por lo "exótico" y por aquello que no se conforma con los moldes.


-¿Por qué ahora el proyecto se llama Nutria N.N. y no simplemente Nutria?
-Lo que pasa es que hay otro grupo en Estados Unidos que se llama Nutria y curiosamente son de una ciudad llamada Atenas (como una de las canciones de Nutria, “Atenas 399”). Para evitar problemas, sobre todo ahora en la era de la música digital, decidí cambiar nuestro nombre a Nutria N.N. Me gusta eso de buscar diferenciarse usando el signo universal del anonimato.

Nutria tiene razón en eso de la era de música digital. Gracias a que liberó Roquerío para ser descargado gratuitamente desde la web de su sello Huesorecords, a que confió en Youtube como medio para difundir videos y en Myspace para las canciones, es que ha conseguido una pequeña pero fiel audiencia que lo sigue cada vez que viene a Chile. "Antes nos quejábamos de la distribución y ahora existe Internet, entonces no hay que quejarse más" dijo en su último concierto de la Sala Master, el invierno del año pasado.

-Roquerío te dio a conocer como cantautor y te valió excelentes críticas y buena llegada con la gente que tuvo oportunidad de oírlo. A dos años de su edición ¿Lo miras con cariño, como algo redondito?
-Lo miro como un muy buen primer disco. La oportunidad de trabajar con Andrés Valdivia como productor fue excelente. Y fue justo a tiempo, porque de otro modo las canciones hubieran quedado peor producidas y seguramente no hubieran tenido la llegada que tuvieron. Creo que todos los involucrados en la producción de Roquerío, incluyendo por cierto a Huesorecords, aprendimos mucho. A veces el primer disco es el más difícil y pasamos bien la prueba.


-¿Cómo compones tus canciones, partes de la letra y luego la música?
-Habitualmente es la música antes que la letra. La letra es lo más difícil. La letra debe ser como un poema, o como un anti-poema dependiendo de lo que se busca, con metáforas simples pero que den cuenta de tensiones existenciales profundas. No es una tarea fácil.

-¿Con cuales músicos tienes fijación ahora?
-Es bien aleatoria la manera en que accedo a la música que escucho. Muchas cosas del recuerdo, porque es lo que más hay. Hay fijaciones momentáneas, como Mew o Camarón de la Isla, y hay fijaciones que tomaron más tiempo en desarrollarse como Bob Dylan o Fleetwood Mac. Y bueno, también están todos los otros clásicos que uno lleva escuchando por años y que ya son como fijaciones fijas.

-¿Y escritores?
-Estoy pegado con Federico García Lorca. Me encanta su simbología tan musical. Él mismo era músico y guitarrista. Yo creo que esa musicalidad también traspasa notablemente sus poemas. Un artista completo en todo el sentido. Y también creo que para él el problema de la identidad era central. No sólo su propia identidad sexual sino su identidad como español. Todo su acercamiento a la cultura flamenca, gitana y árabe son muestras de que no temió ir más allá de la llamada cultura tradicional española le imponía. Es decir, él no sólo rescató el folclore tradicional católico de Andalucía, si no que buscó más allá de sus límites estudiando e inspirándose en culturas foráneas que podían eran vistas como una amenaza.


-¿Con qué formato de banda estás trabajando? ¿Cuan elástico es eso?
-El formato es completamente elástico y se trabaja pensando en cada show en particular. Puede haber un músico o siete músicos en escena. Un cantante o cuatro cantantes, cosas así. Entran y salen integrantes, entran y salen influencias. Me gusta lo completamente acústico y me gusta el sonido de la guitarra eléctrica y el golpe de la batería también. Nutria N.N. es un proyecto musical un poco esquizofrénico y no es clara su estructura o identidad.

-“¿Es una banda o es un solista? ¿Es folk o es rock?” – se pregunta Nutria -. “No se sabe, y el N.N. que le agregamos al nombre dice relación con esa incógnita. La frase latina Nomen nominandum puede traducirse como ‘un nombre que aún no se sabe, pero que está en proceso de saberse’. Es decir, existe el cuerpo, existe la música en este caso, pero no se sabe de quién es”.


En los años noventa, y mientras estudiaba Filosofía, Christian Torres fue miembro del anticonvencional trío Maestro, quienes declaraban sus intenciones de acercarse a la música desde lo “popular”, con melodías y estructuras tradicionales, pero que por alguna extraña razón siempre les resultaban torcidas. Funcionaron intermitentemente entre 1992 y 2001 y alcanzaron a editar tres discos, más participaciones en compilados y música para cortometrajes.

Entre las excentricidades de Maestro, estuvo su recordada apertura del show de improvisación que Fred Frith y Chris Cutler dieron en su visita a Chile en 1997. En aquella ocasión, Maestro se propuso invertir el clásico show de rock y comenzó rompiendo los instrumentos para luego improvisar. Resultado: abucheos de los asistentes y Maestro prácticamente bajado del escenario.

-“Con Nutria N.N. me sentí libre para escribir canciones de corte netamente tradicional” declara Christian, quien siempre apareció como el menos estrafalario del trío, pero que con el tiempo ha continuado más dedicadamente el oficio de músico.

-Y la experimentación de Maestro ¿Dónde quedó?
-Está un poco más oculta. En Roquerío hay varios minutos de experimentación, al claro estilo del "Revolution 9" de los Beatles, que me gustan mucho. En todo caso en el nuevo material, que aún no tiene nombre y que probablemente será un EP distribuido en internet en septiembre de este año, hay una mezcla de estilos bien radical. Escribí una zamba-blues y un blues-reggae que van a mostrar una cara más experimental de mi trabajo como compositor. Y bueno, están las experimentaciones artísticas con Iván Navarro donde, en mi personaje de Nutria N.N. alias 'El mendigo', he podido experimentar con la actuación y con la video producción.

Esa colaboración con el artista chileno Iván Navarro, reflejada en las piezas "Homeless lamp" y "Flashlight", que les ha valido positivas críticas en medios tan importantes como el New York Times, es una de las facetas más interesantes de Nutria, más allá de su papel como compositor de discos.

-“Con Iván Navarro nos conocemos desde hace más de diez años y en los últimos tres hemos estado haciendo colaboraciones donde yo hago la canción o la música incidental de acuerdo a lo que él me pide como director del video. Siempre me gustó hacer videos caseros y ya en la universidad me gané un par de concursillos. Estas colaboraciones con Iván son un poco como volver a jugar a hacer videos y creo que han resultado muy buenas. Lo cierto es que me han significado éxitos de crítica que acaso en solitario nunca habría logrado. No son producciones completamente amateur, pero tampoco son completamente profesionales y eso me conecta bastante con el espíritu de Maestro, back in the day. Alguna vez también escribí un par de guiones para cortometraje y por años quise ser cineasta. Seguro que algún día me gustaría hacer una película”.

-La condición de inmigrante se nota en distintos aspectos en tu música, eso de “no soy de aquí ni soy de allᔿQué tanto de ello trae tu próximo disco?
-Las canciones del primer disco tenían que ver con el sentimiento de ser provinciano, el nuevo material tiene que ver más con el hecho de ser inmigrante. La canción "No soy de aquí ni soy de allá" (en la versión original de Facundo Cabral) tiene mucho que ver con ese sentimiento de inmigrante y de cómo, cuando se vive fuera del terruño, la identidad se transforma un poco y se vuelve híbrida, volátil y múltiple. Neruda dijo: "Lo mío se va perdiendo…", pero también otras cosas se van ganando. Así yo espero.

-Dices que eras provinciano cuando llegaste a Nueva York.
-Pienso que en los primeros tres años de vivir en el extranjero uno siempre vive todo un poco en relación a aquello que se dejó. Uno todavía tiene mucho equipaje de la provincia. En mi caso, llegar de Santiago a NYC lo sentí como Carmela llegando de San Rosendo a la capital. Pero después de tres años ya lo pasado se tiende a olvidar y se empieza a vivir en un limbo, una transición. Estás un poco más metido en el sistema y ya todo, incluso lo que se dejó atrás, se ve desde este nuevo sistema. Te metes en la máquina.

-¿Y qué has ganado al vivir fuera de Chile?
-He ganado experiencias en general. He tenido acceso a cosas que probablemente en Santiago nunca hubiera cachado. Se gana alguna fortaleza también, y también independencia. Se gana también una disposición más tolerante hacia lo distinto. Puede ser que en el auto exilio, para decirlo de algún modo, se gana una visión más amplia y no tan encerrada en lo propio. Hay mucha melancolía y nostalgia también, y esas emociones exacerbadas son materia prima para letras y músicas. Yo diría que lo propio empieza a volverse lo ajeno y lo ajeno empieza a volverse lo propio. A veces esto me suena al ideal de (el poeta estadounidense) Walt Whitman, y ese ideal poético me atrae